Para la mayoría de personas, la compraventa de un inmueble es la operación económica más importante de su vida, de ahí la importancia de hacerlo bien para no sufrir pérdidas importantes en el camino. Estos son los errores más habituales que tú debes evitar.
El mercado inmobiliario es muy dinámico. Tiene ciclos de subida y de bajada, alternados con otros de más estabilidad, pero lo normal es que esté subiendo o bajando. Con independencia del momento económico, una buena estrategia es crucial para lograr la venta. Todos los días salen miles de casa al mercado a través de portales inmobiliarios, anuncios clasificados, carteles en incluso el boca a boca. Algunas de estas viviendas pueden tener defectos importantes que dificultan su venta, pero en la mayoría de los casos, serán las decisiones inadecuadas de su propietario las que impidan lograr una buena operación.
Es importante recordar que la venta de una propiedad conlleva muchísimos trámites burocráticos, impuestos y normativas que se deben observar. No hacerlo correctamente puede generar muchos dolores de cabeza. Dicho esto, vamos con los errores más frecuentes. ¡Intenta no cometerlos!
1.- Precio inadecuado
Podría parecer una tontería, pero te sorprendería la cantidad de ventas que se pierden por fijar un precio demasiado alto, o bien, el dinero que se puede perder fijando un precio demasiado bajo. Marcar el precio ajustado a mercado es un arte que sólo los profesionales más veteranos del sector pueden hacer con precisión. Hay que tener en cuenta multitud de factores como la zona, el tamaño de la vivienda, su estado de conservación, características diferenciadoras, competencia en la zona… y un sin fin de factores que van a condicionar el precio final de venta.
Poner un precio demasiado alto ahuyentará a posibles compradores, y hará que tu vivienda pase demasiado tiempo anunciada, lo que acabará quemándola. Una vivienda anunciada durante demasiado tiempo genera desconfianza en posibles compradores, que puedan sospechar de algún defecto grave que ha impedido su venta. Es lo que se llama “quemar” la propiedad.
2.- No atender la demanda
Una vez tu vivienda esté anunciada, recibirás llamadas, emails, mensajes y, con suerte, visitas. Si no sueles estar disponible para atender a las personas interesadas, éstas podría ir perdiendo el interés en tu vivienda, y estarás dejando pasar a posibles compradores. Tener disponibilidad horaria para atender a los posibles interesados es vital, así como facilitar de forma ágil información sobre la vivienda, su situación legal y documental, poder agendar las visitas con rapidez. No hacerlo hará que pierdas oportunidades de venta.
3.- Descuidar el aspecto de la casa
¿Obvio, verdad? Tu casa debe lucir lo más limpia y ordenada posible para recibir las visitas de esos posibles compradores. También es muy recomendable retirar los elementos de personalización como retratos y decoración muy personalizada. Cuanto más neutra esté la vivienda, más fácil será que los interesados se vean viviendo en ella, facilitando así la venta. Si puedes pintar, el blanco es el color que más luminosidad y sensación de espacio aporta.
4.- Dar información falsa o incompleta
Decíamos al comienzo que para la mayoría de nosotros, la compraventa de una vivienda es la operación económica más importante de nuestra vida. Bueno, pues a nadie le gusta tener la sensación de que le están engañando u ocultando información, y menos en una transacción económica de esta envergadura. Aporta siempre información veraz y completa sobre la vivienda y su situación, tanto estructural y de conservación como de documentación y papeles. Es imprescindible que los posibles compradores conozcan bien todos los aspectos de la vivienda y se sientan seguros durante la negociación y tramitación. Igualmente, tú debes conocer todas estas cuestiones para poder dar respuesta a las preguntas que, sin duda, te van a hacer.
5.- Mala publicidad
Fotos oscuras, mal encuadradas o desenfocadas, descripción tipo telegrama, mala elección de las webs en las que publicamos… una estrategia publicitaria equivocada puede frustrar tus expectativas de venta desde el primer momento, y luego va a ser difícil retomar el buen camino. De esto saben mucho los agentes inmobiliarios, que cuidan con mimo las fotografías, las descripciones y, en general, la publicidad que hacen de las viviendas que gestionan. Esfuérzate en hacer buenas fotos, un buen texto descriptivo y una buena ficha del inmueble. Si puedes, añade un vídeo con narración y una visita virtual. ¡Es lo que hacen los profesionales!
6.- Papeles en regla
Hay casos en los que, efectivamente, los papeles están al día y en perfecto orden, pero hay otras muchas situaciones en los que la gestión documental de la propiedad puede ser una auténtica pesadilla. Herencias, declaraciones de obra nueva, VPO, Certificado Energético, notaría, Registro de la Propiedad, expedientes de urbanismo o Medio Ambiente… la lista es larguísima, y siempre surgirá alguno imprevisto. Es imprescindible tener los papeles en orden para poder hacer la venta. De lo contrario, ese comprador que ya estaba a punto de firmar, se esfumará ante tus ojos cuando vea que la documentación de la vivienda no está en regla. ¡Manos a la obra!
7.- No saber cuándo parar
Lo has intentado todo, has seguido todos los consejos y puesto todo tu esfuerzo, pero la venta no llega. Quizás sea el momento de contactar con un buen agente inmobiliario. ¿Por qué? Porque por mucho que te esfuerces, nunca vas a alcanzar el nivel de alguien que se dedica a esto, y sólo a ésto (importante), cada día. Si llevas tiempo intentando vender, y no lo has conseguido, sin duda es el momento de dejarte asesorar por quienes más saben del tema. Es cierto que un agente inmobiliario supone un coste, aunque sólo cobra si se logra la venta. Y el coste de una mala operación de venta puede ser mucho mayor, eso sin contar los quebraderos de cabeza.
Sea como sea, recuerda que la compraventa de un inmueble suele ser un proceso largo, así que ármate de paciencia, sigue estos consejos y… ¡mucha suerte con la venta!
