Comprar o alquilar vivienda en Las Palmas: la búsqueda casi imposible

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El mercado inmobiliario de Canarias: entre la tormenta perfecta y la búsqueda de soluciones

El archipiélago canario se encuentra inmerso en una coyuntura crítica en lo que respecta al acceso a la vivienda. La confluencia de diversos factores ha generado una «tormenta perfecta» que dificulta el derecho fundamental a una vivienda digna y asequible para una parte significativa de la población.

Demanda al alza y oferta limitada: un desequilibrio estructural

Por un lado, la demanda de vivienda en Canarias ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años, impulsada por factores como el aumento natural de la población, la inmigración y la atracción turística.

Por otro lado, la oferta de vivienda no ha logrado responder a este ritmo creciente, debido a limitaciones de suelo disponible, la complejidad de los procesos urbanísticos y la desincentivación de la construcción de vivienda social.

Consecuencias palpables: exclusión social y precariedad habitacional

Esta disyuntiva entre oferta y demanda ha generado consecuencias palpables para la sociedad canaria. Los precios de la vivienda han experimentado un incremento notable, situando al archipiélago entre las comunidades autónomas con mayor encarecimiento.

Esta situación ha derivado en la exclusión social de amplios sectores de la población, especialmente los más vulnerables, quienes se ven abocados a condiciones habitacionales precarias o hacinamiento.

Un reto que exige soluciones multidimensionales

Abordar este desafío requiere un enfoque integral y multidimensional que combine medidas a corto, medio y largo plazo.

A corto plazo:

  • Agilización de los trámites administrativos: Reducir las cargas burocráticas y simplificar los procesos de concesión de licencias para dinamizar la oferta.
  • Fomento del alquiler social: Ampliar el parque de viviendas destinadas al alquiler social y establecer mecanismos de control de precios para este segmento.
  • Ayudas directas a colectivos vulnerables: Implementar programas de apoyo económico y asesoramiento para facilitar el acceso a la vivienda a familias con escasos recursos.

A medio plazo:

  • Incremento de la vivienda protegida: Aumentar la construcción de vivienda protegida en consonancia con las necesidades de la población, priorizando la atención a grupos vulnerables.
  • Optimización del uso del suelo: Explorar alternativas para ampliar la disponibilidad de suelo urbanizable, considerando criterios de sostenibilidad y respeto ambiental.
  • Incentivos a la inversión privada: Diseñar mecanismos que incentiven la inversión privada en la construcción de vivienda asequible, estableciendo objetivos claros y mecanismos de control.

A largo plazo:

  • Revisión del modelo territorial: Replantear el modelo de desarrollo territorial y urbano, promoviendo un crecimiento equilibrado y sostenible que responda a las necesidades habitacionales de la población.
  • Fortalecimiento del mercado de alquiler: Implementar medidas que regulen el mercado de alquiler, fomentando la transparencia, la seguridad jurídica y la estabilidad para inquilinos y propietarios.
  • Educación y sensibilización: Promover campañas de educación y sensibilización sobre el derecho a la vivienda y la importancia de un mercado inmobiliario justo y accesible.

En definitiva, el reto del acceso a la vivienda en Canarias exige un compromiso firme por parte de las administraciones públicas, los agentes sociales y la ciudadanía en general.

Solo a través de un trabajo conjunto y coordinado se podrá construir un futuro en el que el derecho a una vivienda digna y asequible sea una realidad para todas las personas que habitan en las Islas Canarias.

Imagen de freepik

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