En los primeros ocho meses de 2022, el 50% de las casas vendidas en nuestro archipiélago fue adquirida por compradores extranjeros, lo que supone un cambio importante de tendencia con respecto a décadas anteriores. Además, pagan al contado.
El mercado inmobiliario en Canarias sigue a toda máquina. De hecho, los profesionales del sector inmobiliario estamos constatando, desde hace meses, cómo la agranda la brecha entre la oferta y la demanda. En estos momentos, la oferta de viviendas en venta a duras penas logra satisfacer la demanda existente, lo que provoca lo que los economistas llaman “recalentamiento” del mercado, o como decimos los mortales, subida de precios, algo por otra parte totalmente lógico en un sistema regulado por la oferta y la demanda. A menor oferta, mayor precio, por regla general.
Y si bien las constantes subidas de tipo de interés y del Euribor están empezando a hacerse notar, y aún lo harán con más fuerza a partir de enero próximo, lo cierto es que la venta de viviendas está en valores máximos. Hay que retroceder al año 2008 para encontrarse con cifras similares. Desde enero a agosto del presente año 2022, ambos inclusive, se han vendido, según datos del Consejo General del Notariado, 18.680 inmuebles, sin duda una cifra digna de consideración.
En estos números tiene mucho peso el comprador extranjero, que ya representa una de cada dos operaciones inmobiliarias en Canarias. Es un dato que demuestra lo atractiva que resulta la inversión en inmuebles en nuestras islas para los compradores foráneos. Y es precisamente este comprador venido de fuera el que está compensando el freno que se comienza a notar en el comprador canario, que además depende de hipoteca, frente al extranjero que compra al contado.
Y es que las subidas del Euribor están convirtiendo en inviables operaciones hipotecarias que antes sí se concedían, debido a que, con las nuevas condiciones, muchas personas que antes sí entraban, ahora superan el nivel de endeudamiento que se considera óptimo por las entidades bancarias para conceder los créditos sin que las familias se endeuden más de lo debido. Este nivel se sitúa, de forma genérica, en torno al 30% de los ingresos de los solicitantes.
Pese a todo, más que de un frenazo hipotecario, estaríamos hablando de un “ajuste suave” que adapta tanto el mercado inmobiliario como el hipotecario a la nueva realidad económica internacional. Y que aplica las enseñanzas aprendidas de la crisis de 2008 a la hora conceder créditos hipotecarios demasiado arriesgados.
Así pues, y con todas las salvedades que hay que hacer siempre a las predicciones económicas, no parece que vaya a ocurrir un parón en seco del sector inmobiliario en Canarias, ya que la alta demanda mantiene activo el mercado. Y ello pese a que el esfuerzo económico medio de las familias canarias destinado a pagar el techo alcanza ya el 30% de sus ingresos.
La buena noticia: es un momento fantástico para vender.
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